Cuando ya existe una buena conexión en pareja, entonces es momento de elevar la intimidad y explorar nuevas formas de excitación, aunque sin necesidad de ir demasiado lejos. Por ello, aquí te proponemos ideas eróticas básicas, especialmente diseñadas para parejas con confianza, pero que, al mismo tiempo, aún no han experimentado juegos más extremos o fetichistas.

Pequeños cambios, nuevas situaciones y juegos sensuales que avivan la pasión, rompen la rutina y permiten disfrutar juntos de una sexualidad activa y creativa.

💡 ¿Qué encontrarás en esta sección?

✅ ¿Por qué empezar por lo básico?

💬 «No necesitas ir al extremo para pasarlo bien. A veces, lo más sencillo es lo más excitante.»


🔥 Ideas eróticas básicas para parejas con confianza

Te animamos a probar todas estas ideas, fetiches y juegos de iniciación, suaves, seguros y respetuosos, perfectos para dar el primer paso antes de avanzar a niveles más intensos. Nunca incluiremos ninguna propuesta que pueda suponer un riesgo para ti o tu pareja.

Recomendamos dormir desnudos siempre que podáis; así será más fácil sorprender a tu pareja con un despertar sensual sin preocuparse por la ropa. Además, os animamos a experimentar estas ideas eróticas básicas al menos una vez, porque puede que descubras placeres que no imaginabas o que algo te resulte indiferente, pero a tu pareja le encante. Abrid juntos la puerta a nuevas formas de conexión y deseo.

¡Pulsad sobre una idea para empezar a disfrutar!

Exploración del placer femenino para parejas

Dedica un momento íntimo para masturbarte delante de tu pareja, sin prisas ni inhibiciones. Muéstrale qué te gusta, cómo te gusta y dónde te gusta que te toquen. Aprovecha para hablar sobre las sensaciones y emociones que experimentas. Esto crea un espacio de confianza y aprendizaje mutuo.

Anímate a probar juguetes eróticos delante de tu pareja, explorando texturas, ritmos y zonas erógenas que quizá no conocías. Luego, enseña a tu pareja cómo usarlos contigo. La comunicación es clave para que ambos disfrutéis y aprendáis.

Además, investigad en pareja y practica tú misma la estimulación que puede llevar al squirt o eyaculación femenina. Aprende a identificar las sensaciones y señales de tu cuerpo. Si en algún momento sientes ganas de orinar, vas por buen camino: relájate, no te frenes y deja que tu cuerpo se exprese. Cuando te sientas lista, guía a tu pareja paso a paso, siguiendo tus propias indicaciones y ritmos.

Durante estas sesiones de exploración, tomarás el papel de guía para que tu pareja descubra con precisión qué te gusta y cómo hacerlo. Luego, cambiad la dinámica: propón investigar juntos en internet algo que no hayáis experimentado antes. Así, tú podrás observar si te resulta excitante o placentero, y estaréis creando juntos un espacio de descubrimiento activo y mutuo.

Exploración del placer masculino para parejas

Dedica un momento íntimo para explorar tu cuerpo delante de ella. Sin vergüenza, sin prisas. Muéstrale qué ritmo disfrutas, cómo te gusta que te acaricien y qué zonas te generan más placer. Habla con ella, comparte lo que sientes y cómo te estás dejando llevar. Este ejercicio no solo excita, sino que también genera confianza y conexión.

Prueba juguetes diseñados para el placer masculino: anillos vibradores, masturbadores, masajeadores de próstata o estimuladores externos. Explora tú solo primero, y luego invítala a usarlos contigo. Que ella vea cómo reaccionas, qué te gusta más, y aprenda a darte placer desde la experiencia directa.

Atrévete a descubrir sensaciones más allá de lo habitual. Pídele a tu pareja que te ayude a estimular suavemente el perineo, aplicar presión externa cerca de la próstata o incluso realizar un masaje prostático. Coméntale lo que sientes; que se convierta en una cómplice activa de tu placer.

Finalmente, pídele que lo haga a su manera, mostrándole paso a paso cómo te gusta ser tocado, acariciado o estimulado, mientras tú observas y exploras si hay algo nuevo que te excite. También podéis buscar juntos ideas o técnicas nuevas en internet para enriquecer el juego y aprender en equipo.

Día de placer para la mujer – Erotismo y conexión sin límites

Sin decir una sola palabra, comienza el día despertando a tu pareja con caricias y sexo oral sin pedir nada a cambio. Llévala al orgasmo y haz que el primer momento del día sea completamente para ella.

Después, tú te colocas a su vista y te masturbas lentamente, haciendo un show solo para sus ojos. Ella decide dónde quiere que termines: sobre su pecho, abdomen, rostro o donde le excite más. Ella no debe tocarte, solo mirar.

Luego, compartid una ducha íntima. Aprovechad ese momento para relajaros, besaros, tocaros con jabón o simplemente reíros juntos bajo el agua caliente.

Durante el día, la consigna es clara: ella manda. En algún momento debe proponerte una fantasía erótica suya (por simple que sea: un lugar, una postura, una orden, un juego…). Tú simplemente la cumples, sin juzgar ni negociar.

Día de placer para el hombre – Entrega, juego visual y conexión íntima

Antes de que él despierte por completo, deslízate bajo las sábanas y comienza a excitarlo con sexo oral. No debe moverse ni ayudarte: solo disfrutar.

Tras su orgasmo, pídele que se relaje. Mientras él descansa, mastúrbate hasta terminar para que te mire pero sin poder intervenir.

A lo largo del día, encárgate de provocar con pequeños gestos: sin ropa interior, susurrándole ideas sucias, mandándole fotos sugerentes si no estáis juntos, o simplemente masturbándote discretamente delante de él sin dejar que toque.

Cuando caiga la noche, hazle una propuesta: hoy tú tomas el control y él se deja llevar. Puede ser un masaje erótico que acabe en sexo lento, o simplemente una sesión donde tú montas, diriges y decides todo.

Lo importante es que sienta que todo gira en torno a su excitación, sin presiones ni expectativas. Solo entrega.

Día de placer para la mujer – Ella toma el control

Hoy, ella manda desde que abre los ojos. Si se despierta antes, sin previo aviso, sube sobre su pareja y comienza a masturbarse sobre su cara, usando su cuerpo como su juguete personal. Puede apoyarse en su boca, en su pecho o donde le excite más. El objetivo es llegar al orgasmo por sí misma, mientras él la mira, la besa o simplemente la sostiene. Él no debe moverse ni interferir: solo dejarse llevar y disfrutar de verla disfrutar.

Después del orgasmo, una ducha rápida juntos ayuda a relajar el cuerpo, mantener la conexión y dejar la tensión sexual en el aire. No hay sexo aún. Solo roces, caricias, miradas… y anticipación.

Durante el resto del día, ella tiene el poder. Cada vez que lo desee, puede iniciar un momento íntimo: una masturbación guiada, una orden sexy, o simplemente sentarse sobre él y dejarse tocar como quiera. Él no puede pedir nada. Solo responder a lo que ella decida.

Para cerrar el día, ella elige: puede disfrutar de otro orgasmo por su cuenta, pedir sexo clásico en la postura que prefiera, o inventar una nueva dinámica donde él solo mire y obedezca. Lo importante es que ella mantenga el control durante toda la jornada.

Ideal para parejas que quieren explorar la iniciativa femenina de forma sensual y natural, dejando espacio a la creatividad y al placer dirigido sin necesidad de roles extremos.

Ideal para parejas que quieren explorar la iniciativa femenina de forma sensual y natural, dejando espacio a la creatividad y al placer dirigido sin necesidad de roles extremos.

Un día de juegos y fetiches suaves – Explora sin tabúes, disfruta sin presión

Empieza el día con una propuesta inesperada: cada uno escoge una prenda de ropa que su pareja debe llevar durante todo el día. Puede ser algo atrevido, fuera de lo habitual o simplemente una prenda que le excite ver puesta. La única regla: llevarla sin quitársela, incluso dentro de casa. Un reto privado, íntimo, con un toque fetichista muy suave centrado en la ropa y el juego visual.

Por la mañana, estableced una regla básica para el resto del día: las puertas de casa deben estar siempre abiertas. Esto mejora la confianza y complicidad en la pareja. Si en algún momento se incumple, como castigo se compensará a la pareja con 3 minutos de sexo oral suave.

Durante la tarde, seguid con juegos sutiles. Enviad mensajes provocadores incluso estando en la misma casa. Uno puede acariciarse los genitales suavemente mientras la pareja mira. O preparar una pequeña sorpresa erótica visual (una escena, una pose, un video grabado para el otro).

Para ir finalizando el día, tomad una ducha juntos. Aquí introducís el fetiche suave: uno de los dos orina en la ducha mientras el otro observa. Nada más. Solo el acto de mirar, de naturalizar ese momento íntimo. Si es mutuo, aún mejor. Esto rompe un pequeño tabú y abre nuevas puertas de confianza y complicidad.

Por último, id juntos a la cama. Masaje lento, besos, excitación… y sexo completo si ambos lo desean. Podéis incluir un juego de roles: uno mira mientras el otro se masturba, y luego intercambian.

Día de sensaciones y control de orgasmo

Empieza el día con una regla clara: nada de tocar los genitales durante todo el día. Ni con las manos, ni entre vosotros. Es un pacto. Y la gracia está en cumplirlo.

En el desayuno, probad algo nuevo: estar desnudos o con ropa mínima, ligera, transparente, solo para vosotros. No se trata de provocar al otro abiertamente, sino de estar presentes, expuestos, conscientes del cuerpo del otro… y no poder tocar.

A lo largo de la mañana, dejad que la tensión crezca sin prisas. Al mediodía, uno se tumba con los ojos vendados. El otro se encarga de explorar cada parte del cuerpo sin llegar a las zonas sexuales. Iros turnando. Podéis usar hielos, plumas, la lengua, aceite caliente, un vibrador suave o solo las manos. La idea es despertar cada rincón sin traspasar el límite.

Por la tarde, el juego se intensifica. Ahora sí, se permite provocar, acariciar sobre la ropa interior, mirar con descaro, tocar todo… excepto lo prohibido. Si os atrevéis, uno puede masturbarse frente al otro, pero sin llegar al final. Solo jugar al borde. Después, cambiáis los roles.

Y entonces llega la noche. El deseo está al límite, la tensión acumulada. Ahora sí, todo está permitido. Podéis empezar con un masaje, un juego de roles, o directamente con sexo intenso y disfrutar de la libertad que llega después del autocontrol.

Un día tan erótico como sensual, perfecto para parejas que quieren salir de la rutina sin hacer nada extremo. Solo estirar el deseo… hasta que explote.

Despertar compartido – Placer para ambos desde el primer segundo

No hay despertador. Solo cuerpos. Ella se despierta antes y, sin decir nada, se acomoda sobre su pareja dormida, de espaldas y desnuda, sentándose suavemente sobre su cara. Comienza a masturbarse, frotándose con calma mientras él aún duerme. Lo despierta poco a poco con el movimiento, la humedad y el olor a deseo.

Cuando él abre los ojos y entiende lo que ocurre, la sostiene por las caderas y se entrega al placer de su aroma, su sabor y sus gemidos.

Tras unos minutos, cambian de posición de forma natural y pasan al 69. Sin palabras, sin apuro. Solo se dan placer mutuamente, explorándose con la lengua y las manos. Puede haber un orgasmo… o no. El objetivo es empezar el día conectados, excitados, y con una sonrisa cómplice.

Después, una ducha juntos. Nada elaborado: risas, besos, un poco más de juego si surge… o simplemente calmar la piel.

Durante el resto del día, podéis mantener esa conexión: mensajes sensuales, roces espontáneos, susurros al oído, o simplemente recordar el inicio. Una semilla erótica que dura hasta la noche.

Ideal para parejas con confianza que quieren dar el paso hacia una sexualidad más activa y juguetona desde lo más cotidiano: el despertar.


Un día solo para vosotros: control, juego y deseo

Hoy se juega desde el primer minuto.

Al despertar, proponed una norma: cada uno elige una prenda que el otro llevará el resto del día. Puede ser provocativa, inesperada o incluso incómoda. La consigna es clara: esa elección es parte del deseo. Un guiño visual que dice “te quiero así”.

Desde ese momento, las puertas de casa quedan abiertas. Nadie va al baño solo. Si alguien quiere intimidad, debe ganársela: tres minutos de placer oral suave a su pareja como pequeño “castigo”. Las risas están permitidas. El morbo, inevitable.

A lo largo del día, aprovechad cada excusa para provocar sin tocar. Miradas, posturas, roces con intención, tocarse a uno mismo…

Durante la ducha de la tarde, si alguien siente la necesidad de orinar, solo tiene que decirlo, y si la otra persona no muestra ninguna negativa, se hace delante del otro, en la ducha, sin vergüenza ni reacciones forzadas. Es un acto íntimo y compartido que fortalece la confianza entre ambos.

Por la noche, llega la recompensa. El que ha cumplido mejor las reglas del día decide cómo terminar: un masaje erótico, una masturbación guiada, sexo suave… o simplemente dormir desnudos, uno abrazando al otro. No se trata de llegar al límite, sino de crear tensión, jugar con el poder, y disfrutar de todo lo que pasa entre medias.



💋 ¿Listos para dar un paso más?

Si ya habéis disfrutado estas ideas eróticas básicas y vuestra complicidad va en aumento, es momento de explorar una intimidad más intensa, creativa y atrevida.
Descubrid juntos el siguiente nivel: juegos de poder, roles, control, y fantasías que despiertan nuevas sensaciones sin dejar de lado el respeto y el consentimiento.